El lunes 18 de febrero D. Manuel Ceacero, párroco de
Santiago de la Espada, pasó la tarde con nosotros para hablarnos de su vocación
sacerdotal.
Tras su llegada, celebró la Eucaristía junto a nuestro
Rector y en su homilía habló sobre la meta que todo cristiano debe alcanzar:
“la santidad” (1 Pedro 1,14-16).
Después de la Santa Misa, cenamos los seminaristas menores
con él y finalmente tuvimos una charla con él que consistió en su testimonio
vocacional y una ronda de preguntas sobre lo que le había llamado a cada uno la
atención de su presentación.
Como conclusión, terminamos rezando la oración de la noche y
se fue de nuevo a su casa parroquial.
A mí me impresiona cómo llama el Señor a cada siervo suyo…
no los llama de la misma manera, aunque la meta de cada uno sea la misma, la
santidad. Es muy bonito escuchar testimonios diversos llenos de momentos buenos
y malos. Nadie dijo que ser sacerdote fuera fácil…
Le doy gracias al Señor por los sacerdotes que tenemos en la
Diócesis de Jaén y le pido que les ayude en su tarea, especialmente a D. Manuel
Ceacero, y que alcancen la santidad.
José Miguel Espinosa.
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