Para los seminaristas menores los viernes son iguales a los de cualquier otro estudiante. Al comenzar la mañana nos ponemos en presencia del Señor mediante la oración de laudes.
Todos pasamos la mañana en clase y juntos al llegar con gran apetito comemos; el grupo de cocina se encarga de fregar los platos y cubiertos.
Para los seminaristas menores hay viernes distintos, que son marcados por distintos actos como son: los viernes de convivencia vocacional, en los cuales esa misma tarde es dedicada para la acogida de los seminaristas en familia, al estudio y a la preparación de la convivencia.
Los viernes de los fines de semana pastorales nos desplazamos hacia el arciprestazgo que toque y realizamos las catequesis con los grupos de Confirmación, o los grupos de jóvenes, la oración con las comunidades parroquiales, la Eucaristía, etc.
Los demás viernes nos vamos a casa; cada seminarista sale para su pueblo cuando salen los autobuses o sus padres los recogen. Y allí, cada uno en su pueblo, terminamos este día.
Fidel Ramos Osete.
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