Los martes para los seminaristas son como otro día normal de
cualquier joven. Nos levantamos y lo primero que hacemos es ponernos en
presencia del Señor escuchando su Palabra y tomando su Cuerpo y su Sangre, es
decir, celebrando la Eucaristía. Tras terminar la Eucaristía vamos a desayunar
y salimos para nuestros correspondientes institutos.
Al llegar todos juntos comemos y el grupo correspondiente de
cocina se queda fregando los platos y cubiertos; los demás descansamos y ya
todos juntos nos incorporamos a las 16:15 para comenzar el estudio. Tras
terminar la primera mitad del estudio salimos a hacer deporte (futbol,
voleibol, ping-pong…). A las 18:45 nos incorporamos a la segunda mitad de
estudio, dedicado a realizar los ejercicios, tareas, trabajos, etc.
Antes de cenar hacemos la oración personal en la cual
dialogamos de corazón a corazón con Cristo gracias a la ayuda de unos
cuadernillos mensuales sobre el tema de la fe. Y la oración
de vísperas, que consta de un salmo y una lectura breve, con sus preces.
Todos juntos vamos a la cena y luego tenemos un rato para
terminar lo que nos queda de deberes o para repasar un examen. Para finalizar
el día nos despedimos del Señor con una oración breve dirigida por el acólito
correspondiente de la semana. Y a descansar!!!
Fidel Ramos Osete.
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